Cada vez que abrimos los ojos. Cada día. Deberíamos de plantearnos ser mejores.
Es complicado. Pero esa luz que nos despierta cada mañana, es la luz que nos ayuda a ser lo que somos. Todo se alcanza. Hasta el cielo, aunque parezca que no. Hasta las estrellas. Hasta el Sol.
Mirar hacia atrás y sentir que todo mereció tanto la pena.
Pensar en las personas que marcaron cada camino elegido, y sentirme la más orgullosa.
No existen palabras. Sólo grandes personas.
Momentos. Segundos que tocan en lo mas hondo y se queda ahí. Para siempre. Para no olvidar.
Quiero agarrarme fuerte. No soltar nada de lo que ahora me une a lo que tengo. A lo que soy.
Y mirarlo cada vez que me de la gana. Sentirlo. Y quererlo.
Quedarme en silencio y simplemente escuchar las notas de una guitarra, un piano o una voz....
Saber que todo va a ir bien.
Que todo ser humano necesita equivocarse para valorar. Para retroceder.
Y así comenzar de nuevo. No importan los principios. Sólo importa el camino y cada momento vivido.
Disfrutar. Ser libre y sentirse libre. Llorar. Reír.
Reír y que duela la barriga. Que duela tanto que pienses que no quieres nada más.
Que así ya está bien. Creer que la felicidad es lo que ya tienes.
Abrazarme a mí misma y sentir. Sólo sentir. No hace falta mucho más.
Conformista. Quizás demasiado.
Aunque queda mucho. Mucho camino. Muchas primaveras. Muchas personas.
Y sobre todo, mucho Amor.